lunes, 31 de octubre de 2011

Cronicas de una Aventura Anunciada II Nov 2010

Miercoles 17
Me desperté a las 3, 5 y 6 am. Desayunamos en el hotel. La comida extremadamente sana y natural. Todo es fresco y nada es frito. Luego salimos a tomar el bus 90 hacia tel Aviv. Es perfecto y en super buen estado. Las tarifas son controladas por el chofer en una computadora “touch screen” q maneja con su mano derecha. El paseo es de alrededor de 30 minutos. Luego de caminar un poco por la ciudad y de tomarle foto a todo cuanto se nos paso x en frente, nos regresamos al hotel a preparar todo para nuestra partida a Egipto.

Almorzamos en la marina frente a miles de veleros, yates y botes de todo tipo. Es un area super exclusiva con un mal q cuenta con las mejores boutiques. Todo CARISIMO!
De ahí nos dirigimos al aeropuerto. La seguridad para salir de Israel es impresionante. Hay cientos de jóvenes por todo el aeropuerto, todos muy bien organizados, cada uno cumpliendo una función diferente. La primera fila que haces es para pasar tus maletas por rayos x por primera vez. Mientras estábamos en esa fila, una de estas jóvenes se nos acerco y nos pidió nos los pasaportes con amabilidad, pero con firmeza. Ahí empezó el primer interrogatorio. “quien eres…. Quien es ella…..como están relacionados….para dónde vas…por qué vas… a que viniste…. Donde te quedaste…cual es el apellido de tu mama….el primer nombre de tu papa…de que descendencia son…etc…etc…etc. Pasado este primer test, te pegan diferentes calcomanías en tu pasaporte y en tus maletas. Cada calcomanía con ganchos y códigos diferentes. Al llegar a la maquina el muchacho ve las calcomanías y ya sabe que hacer contigo. A nosotros nos pasaron las maletas por la maquina y nos dejaron ir. A muchos otros los mandaron a que les abrieran sus maletas y los revisaran con bastones detectores. El check in fue rápido, aunque para otros destinos las filas eran interminables. De ahí pasamos a migración. Donde la cantidad de gente y las filas apretadas eran bastante pesadas. Luego de 30 minutos pasamos sin problemas y nos dirigimos a la siguiente revisión con rayos x y con detectores. Luego de esto, finalmente pudimos acceder a las puertas de salida y a una placita central muy bonita que está rodeada de tiendas y minnie bistros.

El viaje fue sin novedades, aparte de que cada uno de los pasajeros del avión parecía salido de una película de September 11. Pero obviamente, en todo caso, los sospechosos debemos haber sido nosotros.
Al llegar a El Cairo la cosa se puso interesante. Antes del viaje, nos habían dicho que no necesitábamos visa para entrar. Despues, una semana antes de partir, nos dijeron en la embajada que si se necesitaba, pero que estábamos muy tarde para iniciar el proceso, que lo sentían mucho. Al preguntar en Israel nos volvieron a decir que ellos “pensaban” q no era necesario y q la podiamos conseguir en el aeropuerto. Finalmente al llegar al aerpuerto, un poco estresados con el tema y con la cantidad de gente armada gritando y dando ordenes a todo el mundo, pudimos encontrar un puestito donde se vendían permisos de entrada por 15 dias. Deje a AK esperando en una banquita al lado de un señor Egipcio que viajaba con sus tres esposas, todas totalmente cubiertas de arriba abajo.

Finalmente pude comprar la visa por 15 dolares y me dijeron que me parara en la fila de migración para que el oficial la revisara y la pegara en mi pasaporte si me aprobaban la entrada. En la fila de migración el ambiente era tenso. Cada 5 minutos uno de los oficiales de migracion se salía de su cabina y textualmente regañaba y gritaba a todo el mundo, en mal ingles “make one line only”….”stay in the line”…”stay behind the line”….pero totalmente molesto y estresado esperando que la gente se parara en filas perfectas y exactamente uno detrás del otro como si fuese el ejercito.

Por fin pasamos. Regañados, pero pasamos. Recogimos nuestras maletas y fuimos a un ATM a sacar libras egipcias. Casi me da un paro cardiaco cuando el ATM se trago mi tarjeta completamente. ME acorde de las miles de veces que los cajeros en Panama se quedaron con mi tarjeta y lo complicado que era recuperarla EN PANAMA. Gracias a Dios, no paso nada y retire 500 libras egipcias sin saber cuanto representaba esto.

Negocie un taxi en el aeropuerto hacia GIZA, ciudad donde están las pirámides a 20 minutos del Cairo. El viaje del aeropuerto a El Cairo es de 1 hora dice el operador de la agencia de taxis. Cuando nos lleva al taxi nos percatamos de que el chofer no habla ni la mas minima palabra en ingles y tampoco sabia la dirección del hotel. Salimos, no sin antes aprender que había q darle propina al operador, al policía del aeropuerto y a todo el q te encontraras en el camino.

La manejada hacia el Cairo y después hacia Giza es la cosa mas estresante que he hecho en mi vida. El trafico era increíble, miles y miles de carros todos tratando de pasarse mutuamente mientras miles de millones de personas están en las aceras y cruzando la calle en el medio de este caos. Los choferes se mandan a volar cada 5 segundos y chocan sus retrovisores como si fuese un deporte. Cada 10 minutos el chofer mandaba pal karajo a algúno de sus “competidores” usando el tono de voz aterrorizante, para después reírse burlescamente y comentarnos algo en árabe como jactándose de su bravura. Miles y miles de `personas en la calle, en las aceras, entre los carros, y en tu ventana…de verdad impresionante. Motocicletas con 5 personas arriba que oscilan entre los 70 años y los 6 meses de nacidos. Digno del mejor circo fuentes gasca.

Finalmente llegamos al hotel 2 horas después de haber salido del aeropuerto en un recorrido que sin el trafico demoraría no mas de 20 a 25 minutos. Rapida y muy atentamente nos asignaron nuestra habitación en el 5to piso y con balcón hacia la calle, perfecto para ver la pirámide de Keops en el amanecer. Decidimos aporvechar la noche y negociando con el “coordinador” de los taxis nos fuimos con la única opción disponible a esa hora. El “crucero con cena y show por el Nilo”. Ambos sabíamos que estábamos en camino al clásico “turist trap”, pero igual aceptamos con tal de dar nuestro primer recorrido por la ciudad. El resultado: una cena de comida egipcia pero estilo “golden corral” (tu me entiendes Eddie) con puestos asignados frente al “espectáculo”. Despues de probar 2 o 3 bocados mientras nos entreteníamos viendo como la belly dancer animaba a la audiencia árabe, optamos por abandonar el salón e ir al ultimo piso del “crucero” a deleitarnos con la vista del Nilo por la noche y a tomar una que otra foto con las decoraciones en neon que abundaban por todos lados. Luego de un rato subieron a buscarnos para que no nos perdiéramos el segundo show. Un hábil bailarin que giraba como un trompo sin parar mientras su colorida “falda” subia y bajaba al ritmo de la música. Terminado el show, atracamos en el muelle y regresamos al hotel, no sin antes gozar nuevamente del “fasinante” tranque de la ciudad que nunca duerme.

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